Depi4ever: De un pequeño local a 60 sucursales
DEPI4EVER nació como un proyecto de pareja aunque Jorge y Nancy apenas se imaginaban durante su época de estudiantes la gran empresa que lograrían montar años más tarde. En ese entonces, él había entrado a la carrera de ingeniería y se ganaba la vida reparando aires acondicionados. Ella, por su parte, estaba metida de lleno con su deseo de ser docente.
Desde sus inicios, Jorge trató con mucho profesionalismo su oficio ganándose así la confianza de sus clientes, hasta que de la mano de uno de ellos, y casi por azar, surgió la oportunidad de su vida.
UNA OPORTUNIDAD INESPERADA
A través de su padre médico y un colega le hicieron llegar una máquina de depilación de una clínica para reparar. “Era un aparato muy nuevo y muy caro que se les había roto y como yo soy técnico en electrónica, reparaba aires y a su vez soy informático, daba el perfil para intentarlo. No tenía idea qué le había pasado y cuando logro ver el problema y les paso el presupuesto me dijeron que era un montón de plata. Como no les convenía arreglarla, la dejaron abandonada en la cocina de mi casa”.
Lejos de hacerla juntar polvo y sabiendo la costosa máquina que tenía en su poder, Jorge decidió intentarlo y la reparó como pudo, “atada con alambres” admite hoy en día. Ese fue el puntapié inicial de DEPI4EVER.
En un contexto donde el rubro no estaba explotado aún, Jorge y Nancy tuvieron que aprender de todo. Desde el funcionamiento de la máquina hasta los protocolos de la depilación. Instalaron el aparato en una habitación de su hogar y convocaron a sus familiares, conocidos y todo aquel que se animara para hacer las primeras pruebas.
EL PRIMER OBSTÁCULO
Con el tiempo y el negocio encaminado, surgió la posibilidad de instalarse en una clínica que estaba empezando. Era un arreglo informal en el que Jorge y Nancy llevaban la máquina, daban el servicio y dejaban un porcentaje. “Mi esposa operaba la depiladora y por los precios que manejábamos, lo novedoso del sistema y la poca oferta que había, nos empezó a ir muy bien y el negocio empezó a funcionar y crecer. Yo pasé de estar colgado en cornisas a involucrarme en el mundo de la depilación”.
Sin embargo, el auge de su emprendimiento no iba de la mano con la clínica que a los pocos meses debió cerrar sus puertas de un día para el otro y los dejó sin un espacio para brindar el servicio.
Pese a la pequeña crisis que debieron atravesar en ese momento, su paso por la clínica les dejó un valioso aprendizaje. “Nos empezamos a dar cuenta que quien venía a depilarse estaba sentado en una sala de espera de un consultorio médico rodeada de enfermos. Entonces evaluamos esa situación y pensamos en rehacer el servicio de una forma más simple y más cómoda desde el entorno para el cliente”.
REPENSAR EL NEGOCIO
Decidieron entonces que lo primero que tenían que hacer era un local a la calle y, además, encontrar la manera de hacer el servicio accesible ya que se trataba de tratamientos muy costosos. Su principal desafío era que la gente entienda que era algo que funcionaba, que no hacía daño y que iba a generar una mejora en su calidad de vida.
En 2008 abrieron el primer local de DEPI4EVERcon una fuerte apuesta a la publicidad online y el éxito fue automático. Antes de abrir el local, la agenda ya estaba completa y en sólo dos meses notaron que ya no daban a basto con sus clientes. Sumaron máquinas y gabinetes y en poco tiempo vieron la necesidad de abrir nuevas sucursales.
“Si bien los locales funcionaban, empezamos a notar que nos faltaba tener alguna estrategia de marketing y comunicación para masificar el negocio”. Así llega Guillermo para ayudar a desarrollar la marca y armaron una plataforma de desarrollo. Juntos pensaron en poner a una personalidad como referente y surgió la idea de Pamela David que ayudó mucho en cuanto a calmar ansiedades respecto al desconocimiento sobre el tratamiento.
“El servicio era muy nuevo, la gente venía con muchos miedos y había que luchar contra ese tipo de cosas. Fue fundamental hacerle entender al mercado que el tratamiento estaba mucho más ligado a la estética o al bienestar y no a lo médico que era con lo que se asociaba hasta ese momento”.
CRISIS INESPERADAS
La marca tuvo una veloz expansión y socios inversores del exterior decidieron llevarla hasta pleno centro de Manhattan, Nueva York. Allí, a pocos metros de Times Square abrieron un local que generó una insospechada reacción en sus empleados locales y un reclamo de mejoras de sueldo a nivel nacional que hizo recapacitar sobre el manejo de la empresa.
“Se empezaron a sentir los recelos y comenzamos a dar el servicio de una manera que no era la que queríamos. Ahí se encendió una luz de alarma que nos decía que teníamos que dedicar tiempos y recursos a lo interno. Necesitábamos gente motivada, que tenga puesta la camiseta de la marca porque eso se iba a traducir en el servicio. Entonces, decidimos cerrar ese local y dedicarnos sólo al mercado argentino” sintetiza Guillermo.
A fines del 2012, el país entró en una nueva crisis económica que impactó directamente en el consumo. Bajaron los clientes y la competencia salió al mercado. Jorge y Nancy tuvieron que decidir el rumbo de la empresa. Se debatieron entre precios bajos y masividad o un servicio premium y decidieron optar por la última opción. Se mejoró el servicio y se incorporó en los locales a personal específico para el área de ventas.
“Cuando migramos a ese modelo, empezaron a surgir los portales de descuento que ofrecían un servicio similar pero con una valor 10 veces menor. Ese fue uno de los momentos más críticos de la empresa en cuanto a la continuidad. No sabíamos cómo seguir”.
Jorge se sentía abrumado y angustiado según recuerda Nancy. En la peor etapa ambos decidieron que ella vuelva a la docencia y que el negocio recaiga sobre los hombros de él. Había que salvar una empresa y un matrimonio.
Jorge superó la frustración e impotencia que le causaba esa situación que duró cerca de un año con la firme convicción que el servicio que brindaban era el mejor y el precio era el adecuado y así pudo sobrevivir su compañía.
RECONVERSIÓN Y CRECIMIENTO
“Cada vez costaba más mantener la empresa funcionando. Notábamos que si no nos reconvertíamos, íbamos a desaparecer porque ya estábamos en el proceso de achicarnos hasta dar el paso de cerrar”.
Pasaron 3 meses de reuniones diarias y extendidas para definir el futuro hasta que establecieron hacer un cambio radical en la empresa que iba la tecnología usada hasta la incorporación del esquema de franquicias.
En la actualidad DEPI4EVER tiene más de 60 sucursales y es un eslabón fundamental en la vida de Jorge y Nancy. Pasaron alegrías, nervios, sufrimiento pero hoy ambos coinciden en que sólo sienten un profundo orgullo por el camino transitado.