La realidad del dólar soja II
“Si la primera versión nos tomó por sorpresa, en la segunda estamos más preparados. Es difícil timonear sin saber las reglas del juego. Lo positivo es que hay un derrame importante. El productor, que normalmente durante el año vende toda su soja, ahora acelera un poco el proceso en pos de esta búsqueda de dólares. Pero eso es un derrame es un derrame para toda la comunidad y para todos los sectores, sobre todo los pueblos del interior. Eso se vio en septiembre y ahora. Por otro lado, hay un lío bárbaro porque claramente hay contratos a pagar en kilos de soja y hay gente que ya vendió la soja en septiembre. Entonces traen problemas los cambios de las reglas de juego en el momento. Eso sumado a la sequía, que no tiene nada que ver con el problema político ni económico ni el mundo. Estamos entrando en la cosecha de trigo pasando de las casi 24 millones de toneladas del 2021 a los 11 millones estimado para el 2022 con lotes proyectados del 60% del rendimiento. Hay campos, sobre todo en el norte, donde no están cosechando. Va a haber menos trigo y eso aumentará los precios. Ese trigo va a valer más y no tiene nada que ver con las políticas económicas. Seguramente habrá medidas con el trigo; hay un gran interrogante en eso. Lo que sí se notó es que cuando se le quita presión impositiva, el sector agropecuario tracciona. Un campo con menos presión impositiva tracciona el doble, derrama , produce y vende. Lo que se necesitan son reglas claras. Los empresarios en la Argentina siempre no sabemos por dónde viene la piña, en este caso no fue una piña pero sí un cambio en las reglas del juego. Lo más importante es que el clima acompañe, porque cuando el clima acompaña todo el resto se va solucionando. El tema es cómo se desata esta niña si nuevamente puede cambiar a un año neutro o positivo.
EL 2023 PARA EL CAMPO
Para Tortorella la situación es delicada, pero hay perspectivas positivas. “Los precios de los commodities siguen con viento de cola. Esto alienta a la siembra alienta al trabajo porque la Argentina no tiene mucha otra salida que la producción agropecuaria. El productor tiene que sembrar todos los años más allá de la coyuntura. No veo un año complicado, el 2023 ya está planteado; nosotros ya estamos sembrados. El maíz de primera, que es el maíz que se siembra en septiembre, pasó a segunda. Eso es un punto importante porque Argentina es el segundo productor mundial de maíz,sacando a Ucrania. Nosotros somos los únicos que producimos maíz en abril y eso no lo vamos a tener. Vamos a entrar directo con la soja y el maíz lo vamos a tener más tarde. Estamos pensando en el 2023/2024, la siembra post elecciones. Me preocupa el precio de la ganadería en general, claramente es bueno porque hay carne en la mesa de los argentinos, pero a nivel internacional China tiene un gran una gran retracción en el precio y eso se vio. Argentina está exportando bien lo que pasa es que el precio internacional bajó y el precio argentino se mantiene bajo. Estamos muy atrasados con respecto a la inflación. A mí me preocupa más el sector ganadero que el sector agrícola. Todavía no se puede estimar cuántos dólares menos se van a generar en 2023 porque toda la siembra de maíz pasó a tarde. Eso no quiere decir que disminuya la producción. Con la soja pasa lo mismo. Habrá un poco menos de soja, pero todavía no se puede hablar de que exista un problema coyuntural de producción de dólares para 2023.”