Se recalienta el dólar. Cómo es el nuevo desdoblamiento
La economía local, de cara al segundo semestre del año enfrenta situaciones diversas. El dato bueno vino del lado de la recaudación tributaria. En junio tuvo un crecimiento del 69%, muy por encima de la inflación, gracias al precio de la soja que impulsó a que los derechos de exportación se duplicaran, detalló Mariano Otálora durante la última edición del programa Qué Hacemos con los Pesos (A24). Asimismo explicó que “esto permitió que el déficit del primer semestre sea sólo un 0.5%, si no fuera por la ayuda de la soja y el aporte a las grandes fortunas el déficit hubiese sido de 1.4% del PBI”. Por otro sendero, el dato malo llegó de la mano de la actividad económica que acumula tres meses consecutivos de caída.
En este contexto preocupa el nivel de operatoria del dólar contado con liquidación, que es el que utilizan las grandes empresas para girar utilidades al exterior. Fue tan grande el volumen operado que la Comisión Nacional de Valores (CNV) tuvo que citar a los agentes de bolsa más importantes para pedirles no operar el AL30, el bono que utiliza el Banco Central para intervenir el tipo de cambio. Para el periodista económico Mariano Gorodisch, “esto se trata de un desdoblamiento cambiario virtual, ya que por un lado se publica como referencia la cotización del AL30, al que no se puede acceder, mientras que se accede a otros bonos con una cotización más cara”.
Lo cierto es que el Banco Central (BCRA) quiere evitar un nuevo salto del blue y para esto necesita domar al contado con liquidación. Si los agentes de bolsa no responden al pedido de la CNV no se descartan mayores restricciones o un nuevo parking.
Para el economista Esteban Domecq, el talón de Aquiles del programa económico con el que el Gobierno intenta empalmar la salida de la crisis del covid con un buen resultado en las elecciones, es el dólar. Y en particular la brecha cambiaria, que es lo que puede desestabilizar el programa. “La brecha tiene un rol fundamental para desacelerar un proceso inflacionario que está totalmente desanclado”, remarcó.
“Mientras el Estado pudo hacerse de dólares provenientes de la soja al tipo de cambio oficial y aumentar sus reservas, amplió su capacidad para futuras intervenciones y también tiene una herramienta para “esconder” la inflación. Se trata de un atraso cambiario con un objetivo electoral”, agregó.
Así Esteban Domecq destacó que posiblemente leamos en los diarios que hay desinflación, pero que eso es algo falso porque en realidad se trata de una represión temporaria de precios hasta las elecciones.
Para el economista el dólar paralelo es la otra gran cuestión, el gobierno está confiado en que podrá mantener la cotización del blue en el rango de los $180 ó $200, pero que implicará mayores controles ya que prevé que la mayor sensibilidad estará en que las posiciones actuales en pesos se vayan pasando a dólares.
Asimismo explicó que los desafíos se agudizan en el segundo semestre por tres factores fundamentales: la liquidación de la cosecha gruesa ya ocurrió, las presiones fiscales se incrementan (sobre todo si la inflación desciende y no cumple su función de licuar) y la presión de la dolarización aumenta, como todos los años electorales.
“Una brecha por encima del 100% es un knocked out para el Gobierno y un problema para las elecciones, con inflación encima del 50% y los salarios por detrás”, señaló Domecq, y amplió que además “el gran interrogante es qué hace el gobierno con el resultado electoral en términos del FMI”.
La cuestión inmediata ahora viene por el dato bueno (mayor recaudación tributaria) que da un balance cambiario positivo. Gracias a un viento de cola que no estaba previsto en los planes de febrero, algo que se preveía negativo se transformó en positivo. El tema es qué va a hacer el Gobierno con eso. ¿Se prima la salud económica o se destina a buscar un resultado electoral?
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